La Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo del Banco Mundial, se dedica a apoyar el desarrollo del sector privado en los países en desarrollo. Para garantizar que las empresas a las que apoya se adhieren a prácticas éticas y sostenibles, la IFC incluye en sus acuerdos de financiación e inversión compromisos de integridad. Las compensaciones específicas previstas en los contratos de la IFC pueden variar en función de factores como la naturaleza del proyecto, la jurisdicción y el sector de que se trate. En los acuerdos de financiación entre la IFC y las empresas financiadas, puede incluirse una cláusula sobre prácticas sancionables. En ella se exige que la contraparte declare que ni ella, ni sus afiliados, agentes, propietarios o patrocinadores han participado en actos de corrupción en relación con el proyecto, y que no lo harán mientras dure la financiación de la IFC. Por otra parte, el acuerdo de financiación puede vincular su concesión a una serie de hitos establecidos en un plan de acción de cumplimiento, elaborado en el marco de la negociación del contrato sobre la base de los resultados del proceso de diligencia debida llevado a cabo por la IFC. Un eventual incumplimiento de las cláusulas contractuales puede tener implicaciones tanto contractuales como de índole coercitiva. En primer lugar, si surgen sospechas de prácticas sancionables, incluida la corrupción, la IFC, actuando a través de la Vicepresidencia de Integridad del Grupo del Banco Mundial, puede iniciar una investigación e inhabilitar potencialmente a la empresa para acceder a financiación del Grupo del Banco Mundial en el futuro. En segundo lugar, el incumplimiento de la disposición sobre prácticas sancionables puede dar lugar a otro tipo de recursos comerciales, como el pago anticipado obligatorio de un préstamo y la rescisión del contrato.
Fuente: International Finance Corporation (IFC).